Silencio, empieza la función
El cine representa una vía de escape para la rutina diaria, y también porque no, para la realidad. Muchos formamos parte de esa generación del videoclub, fue en eses centros de cultura urbana donde empezó nuestro amor por el séptimo arte, en mi caso de manera más concreta, por el cine fantástico y de terror. Recuerdo con nostalgia ir al videoclub Queijo del que mis abuelos eran socios, para rebuscar entre sus estanterías cualquier bizarrada de la época, aquello que pareciera más extraño y más sangriento es lo que quería ver.

Eran en mi caso los años de los Critters y los Ghoulies, o de cómo no, de las pesadillas de Craven...Por mis ojos desfilaron durante años cientos de pelis alquiladas, y los nombres se amontonaban en mi mente, Romero, Craven, Carpenter, Cronemberg, Fulci, Garris, Argento, Mario Bava y muchos más, fueron mis maestros en la senda del séptimo arte, y a ellos les debo esta pasión.
En un mundo terrorífico como eran eses años ochenta donde la heroína barría los barrios obreros como el mío, el cine de terror era una vía de escape a esa realidad, los zombies de romero, o el mas maquillado Robert Englund, daban mucho menos miedo que lo que nos rodeaba.
Ahora con más canas, seguimos adorando eses años, ese viejo estilo de hacer cine y por supuesto aunque con más recelo, también nos deleitamos con alguno de los nuevos aires que vienen en el género. El coleccionismo de cine sigue siendo una vía de escape. Ahora más que a un barrio desolado, a la rutina y las cadenas del trabajo asalariado y a un país en crisis tanto económica como moral.
Con este fanzine damos rienda suelta a nuestros sueños y anhelos. Que se vayan calentando los focos, que el público tome asiento, porque delante suya pasaran grandes directores, magníficos actores, espectaculares artistas, y ríos de tinta escrita por muchos amantes del cine, a los que tengo el placer de llamar compañeros.....Silencio, empieza la función.